AZUCAR BLANCO? NO, GRACIAS

Te sorprenderá la gran cantidad de azúcar que estás bebiendo en un refresco de 600ml.
Piénsalo: ¿acaso añadirías esa misma cantidad de azúcar a tu taza de café o la beberías en un vaso de agua fresca?

Refresco de 600 ml
Gramos de azúcar
Cucharadas de azúcar
7 up70 g14
Coca Cola63 gr12
Delaware Punch75 g15
Dr. Pepper62.4 g12.48
Fanta56 g11
Fanta sabor fresa78 g15.6
Fresca53 g10.6
Fuze tea75 g15
Mirinda78 g15.6
Orange Crush21.3 g4  *contiene sucralosa
Peñafiel sabor fresa27.5 g5.5 *contiene sucralosa
Pepsi68 g13.6
Sangría Señorial66 g13.2
Senzao Guaraná63 gr12
Sidral Mundet60 g12
Sprite54 g10

*La sucralosa es un endulzante artificial que no aporta energía, su consumo no es recomendado para niños 


El azúcar blanquilla, refinado o sacarosa no es un alimento, porque el proceso industrial por el que se obtiene le sustrae las sales minerales y los oligoelementos naturales de la planta de origen”. Por ello, “es más correcto considerarlo como una sustancia química concentrada que endulza el paladar y, a la larga, puede amargarnos la salud”, dice.
A diferencia del blanco, el azúcar moreno se queda a medio camino en la refinación y mantiene parte de sus propiedades nutritivas. Pero debes tener cuidado al comprarlo, ya que “algunas empresas de comestibles añaden colorante marrón o caramelo al azúcar refinado para hacerlo pasar por integral”.
 el azúcar blanco es un comestible que produce importantes efectos fisiológicos negativos sobre el aparato locomotor (sustrae el calcio a los huesos) y el sistema nervioso (lo estimula en exceso). También afecta al funcionamiento de las defensas y sobreexcita el páncreas, además de tener otros efectos de tipo anímico.
Buenas razones para evitarlo
Aquí tienes razones de peso para plantearte, si no evitar totalmente, reducir al mínimo el consumo de azúcar blanco, y no sólo el de los sobrecitos, sino el que se oculta en los alimentos procesados:
1. Un problema de salud mundial. Dado el uso que de él hace la industria alimenticia para potenciar el sabor de los alimentos procesados, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad advierte sobre su preocupante relación con la obesidad y el sobrepeso. Son muchas las instituciones gubernamentales mundiales que están tomando medidas al respecto: en EE.UU, en ciudades como Nueva York, se ha prohibido la venta de refrescos de gran tamaño por su alto contenido en azúcares; en Francia se ha implantado un impuesto especial para las bebidas azucaradas. De hecho, ya hay estudio que sitúan los efectos del consumo excesivo de azúcar a la altura de drogas como el tabaco o el alcohol.
2. Calorías ocultas. Como te decíamos, el azúcar oculto en muchos alimentos puede ser el causante, sin que lo sepas, de tu sobrepeso y otros problemas de salud. ¿Dónde se esconde? En la bollería industrial, las conservas, zumos envasados, refrescos, pan de molde o de hamburguesas, biscotes, embutidos, salsas envasadas, platos precocinados, productos lácteos, salmón ahumado, productos light… la lista es tan larga que tu única defensa es leer bien las etiquetas antes de echar a tu cesta un producto.
3. Perjudica a tu  belleza. Según los expertos, el consumo excesivo de glucosa deteriora el colágeno y acelera el envejecimiento de los tejidos. Por un proceso llamado glicación, el exceso de glucosa presente en el organismo transforma el colágeno, que se vuelve más rígido, provocando la flaccidez y descolgamiento de la piel.
4. Te resta nutrientes. Como explica Luisa Martín Rueda, para su asimilación, el azúcar blanco debe sustraer al organismo vitaminas del grupo B, calcio y diversas sustancias vitales que ayudan a completar el proceso. También se ha comprobado que las personas que consumen mucho azúcar comen de forma más deficiente y no ingieren todos los nutrientes necesarios a través de otros alimentos.
5. Metabolismo lento. El proceso de desmineralización y pérdida de vitaminas disminuye la capacidad de absorción de nutrientes y enlentece el metabolismo, lo que provoca fatiga, falta de energía, caída del cabello, problemas digestivos y hasta depresión.
6. Debilita tus órganos. Un exceso de dulce debilita el páncreas y el bazo, lo que provoca un estado de baja energía renal y desmineralización que puede ocasionar nerviosismo, problemas de sueño o dolores de cabeza.
7.  Problemas dentales. El alto consumo de azúcar está directamente relacionado con la caries dental, que puede perjudica la calidad de vida desde la infancia.
8. Picos de insulina. Cuando ingerimos azúcar refinado éste entra de un modo muy rápido en el torrente sanguíneo, provocando que el páncreas segregue una gran cantidad de insulina para poder transportarlo a los órganos. Al no poder almacenarlo, esta glucosa se convierte en reservas de grasa. Este proceso no sólo nos hace aumentar de peso sino que nos produce una situación de hipoglucemia ante la que el cuerpo reacciona pidiendo más azúcar. De ahí el efecto adictivo del azúcar.
9. Estrés pancreático. El proceso que te hemos descrito en el punto anterior somete al páncreas a un estado de estrés que hace que se debilite y sea menos eficiente, impidiendo a corto plazo una buena asimilación de los alimentos y, a largo plazo, una situación de diabetes.
10. Mala salud. Además de todo lo que te hemos contado, el exceso de azúcar refinado supone una acumulación de grasas poco saludables en el organismo, lo que afecta a nuestra salud cardiovascular, al sistema nervioso, a nuestros huesos y estado anímico, ya que el consumo excesivo de azúcar nos deja sin energía.

Cómo sustituirlo
Lo más conveniente es reducir el consumo de azúcar al mínimo y sustituirlo por  sirope de manzana, frutos secos dulces y melazas, estevia, que no tienen un dulzor engañoso pero satisfacen las necesidades de dulce. La panela o azúcar de caña puro, muy utilizado en Sudamérica, es otra opción.
Debemos seguir una dieta rica en frutas, verduras y carbohidratos como la pasta, las legumbres o el arroz, tomar carbohidratos integrales, más nutritivos, de digestión más lenta y más interesantes para el control del peso. Con estos alimentos, de los que el organismo obtiene la glucosa por degradación, se mantendría un nivel óptimo de azúcar en sangre de entre 80 y 110.